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Dí algo amable
(si puedes)
para esas personas que no saben de versos felices.

Personas
(como tú)
que cuentan finales sencillos y poéticos.

Finales
(imposibles)
que sólo dan su merecido a los villanos de la historia.

Villanos
(convincentes)
que no se molestaban en inventar excusas para su destrucción.

Excusas
(distintas de las tuyas)
que aún siendo la verdad no justificarían sus acciones.

Dí la verdad
(sí, puedes)
sin esa nota cruel que sólo hará que todos decidan ignorarla.

Susurros

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Todo empezó cuando un libro electrónico

—¿no es eso algo poético?—,

sin los extranjerismos

que a menudo requiere hablar de ella,

me pidió describirla:

describirla con versos.

Aunque la red de redes fue mi primera idea,

ella es mucho mas vieja,

acumulando arrugas desde los viejos tiempos de la rueda.

En la ciencia ficción suele verse brillante,

inalcanzable,

con todo y las palabras más propias de la ciencia,

obsequio de los genios del futuro.

Pero es sólo otra hija de la necesidad.

Es la hermana perdida del arte,

un estilo de lápiz a la vez.

De la medicina es aún mas cercana.

Sabe monitorear a sanos,

enfermos y raros.

Las escenas expuestas en paredes y pantallas

son cortesía suya.

Cada vez que volamos, es por ella.

Lástima por los virus construidos por el hombre.

¡Qué miedo con los usos que le dan en la guerra!

Pero como los números,

ella siempre aparece.

Ya es parte de nosotros.

Es como un acertijo

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1. Elegir sus propios derechos de lectura

2. Saber sobre el libro antes de leerlo

3. Decidir que leer

4. Decidir cuándo dejar de leer

5. Comentar los libros que esta leyendo y los que leyó hasta el final

6. Encontrar su libro ideal… más de una vez

7. Coherencia… O incoherencia consistente

8. Finales que correspondan a las historias

9. Esperanza, no espejismos

10. Personajes y lugares y frases dignos de sus emociones.

El resto del ejercicio es encontrar las obligaciones del escritor partiendo de eso, pero no estoy lista para compartirlas.

Derechos del lector

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Es sencillo, en verdad,
iniciar una guerra.

Desecha la opinión de tu interlocutor,
ignora su dolor,
y te estarás buscando una pelea.

Demanda sin saber si el otro puede
o niega sin pensar más que en ti mismo;
¿lo tienes?
Pues, perfecto, también tienes un pleito.

Ve la paja en el ojo de tu hermano
y niega la existencia de una viga en el tuyo
para que las discusiones no terminen.

Como dije, es sencillo,
empezar un conflicto.

Por la luz, por la noche;
en nombre de la paz.
Basta con decir «yo»
una vez y otra más,
y pensar en ganar

en lugar de entender.


 

Ejercicio: Receta para una discusión

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Escritura automática
Septiembre 2011

No pienso en nada en particular, y es lo mejor porque cuando pienso termino preguntándome tonterías, cosas tristes respecto a los finales, o cosas estúpidas respecto a los inicios. En cualquier caso, acaba en ser lo mismo de siempre, el que cuenta es el final. Y todo el recorrido, ya sea en páginas, escenas o años de verdad, sólo tiene significado si afecta al resultado, al cierre.
Pues yo lo siento mucho pero los inicios siguen gustándome más que los finales. Los inicios lo dejan a uno pensar, somos dueños de eso. Los inicios son abiertos y su sentido se lo daremos nosotros, en cambio los finales, son lo que son sin que podamos hacer ni pensar nada al respecto y eso… por lo general es más bien decepcionante.

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Detente.

No puedes avanzar sin objetivos
Andar a ciegas te llevará al vacío.
Yo conozco ese error porque fue mío,
sé del dolor de los pasos perdidos.

Mírate.

Sin mentiras, ahora que estás a solas,
juzga lo que has andado y lo que falta.
Y si esa aspiración era muy alta
regresa como al mar las olas.

Y sigue.

En busca del mismo destino
o de uno diferente en cualquier forma,
ahora que el mundo distinto se torna;
escoge para ti el mejor camino.

Siempre.

No porque mal anden los cimientos,
nada más por si acaso,
mide siempre tu próximo paso
para no perder tiempo en arrepentimientos.

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A veces las cosas se terminan.
«A veces», que en nuestro mundo quiere decir «tarde o temprano». Se terminan los libros, las conversaciones largas, las exposiciones y las fiestas. Para el conocimiento, cuyo límite no conocemos, cualquier asignatura carece de significado porque también los cursos se terminan.
Lo divino prosigue, lo humano tiene fin. Y lo que queda, los legados, lo que cambia la ruta de una vida, se convierte en roca desgastada por el clima, devorada por el bosque, y malinterpretada por el futuro.
Todo llega a su fin, como ahora lo hacen estas líneas.

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No te atrevas a matar el presente, porque dura muy poco. No lo dejes marcharse mientras piensas en el pasado que no puedes cambiar. Pero sobre todo, no lo ignores pensando en el futuro, date cuenta que el futuro depende del ahora; si el futuro te preocupa tanto, ocúpate del presente.